martes, 10 de noviembre de 2009

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Una abuela de 48 años se hizo camionera a fuerza de empeño

Mujeres al volante. Ana López cuenta cómo logró penetrar el cerco de uno de los gremios más masculinos: los camioneros Los prejuicios y lo que indican los datos de la realidad | Unasev: no hay estadísticas de tránsito y género | Empresarios creen que desgaste físico va en contra

FRAY BENTOS | DANIEL ROJAS

Durante dos años una mujer estuvo golpeando puertas para conseguir empleo. Por fin lo consiguió. Y probó que manejar un camión de carga no es "una cuestión de hombres". Ella y otra mujer son las únicas dos camioneras del sector forestal.

Al fin, la perseverancia le ganó a la resistencia machista y desde el 4 de agosto, Ana López, con 48 años, se transformó en la primera mujer transportista del interior del país.

A bordo de un moderno Scania, recorre las rutas del litoral, transportando rolos de madera con destino a Botnia, lo que ha marcado inexorablemente un punto de inflexión en la historia de los camioneros uruguayos, un sector considerado impenetrable para el género femenino.

Los comienzos no fueron fáciles. Ana recuerda que en la construcción de la planta "manejaba un auto para los propios finlandeses". Y ellos antes de irse le dijeron que "sería una buena idea aprender a manejar camiones".

Fue así que acudió a un llamado realizado por la propia empresa Botnia, para capacitar mujeres en el sector, pero como faltaron aspirantes, el 50% de los cupos se completaron con personas del sexo opuesto.

Una vez finalizada la capacitación, todos los hombres (25 en total) ingresaron a trabajar de inmediato en las diferentes empresas que prestan servicio a la fábrica de celulosa en Fray Bentos. Las mujeres, por su parte, se vieron relegadas y no fueron tenidas en cuenta.

"Los hombres que ingresaron no tenían ninguna experiencia como conductores profesionales, incluso algunos tenían menos aptitudes que las mujeres", dice Ana, rememorando aquellos días difíciles, donde todas las puertas se le cerraban "por el solo hecho de ser mujer".

Al verse frustradas, la mayoría desistió en su intento, pero Ana López siguió adelante hasta que pudo romper con el prejuicio de quienes se desenvuelven en este rubro.

Considera que el largo peregrinaje sirvió para conseguirse un empleo por el cual recibe en promedio un salario de $ 20 mil mensuales, pero fundamentalmente para abrir un camino a sus congéneres.

"Fue toda una lucha, porque siempre se consideró que era exclusivamente un trabajo para hombres. Después del curso estuve durante dos años pidiendo para hacer prácticas de forma de aprender y al mismo tiempo demostrar que podía hacerlo. A los empresarios les costó mucho aceptarlo y decidirse", cuenta sin empacho.

"El encargado de tomarme la prueba es una persona muy exigente y ante la posibilidad real de que yo entrara, la prueba fue más exigente todavía. Al final se convenció y me dio la oportunidad", relató la novel conductora.

Hoy destaca que ha logrado hacerse de muchos amigos, y que por ellos pudo acercarse al lugar donde hoy trabaja.

"A ellos les parece bien, porque entienden que es un aire renovador que ayuda a cambiar el humor de trabajo dentro de los montes", explica.

ABUELA Y CHOFER. Rescata el gesto que tuvo la empresa Texlond al incluirla en su plantilla laboral. "No sólo que soy mujer, sino que además supero la barrera de la edad promedio (para ingreso) de 42 años. Yo tengo 48 y además soy abuela", dijo orgullosa mientras controlaba el aceite del motor.

Ana López aclara que el nivel de resistencia de un hombre y una mujer, es exactamente el mismo. Cumplen turnos con un mínimo de 12 horas.

"Lo que sí reconocemos de entrada es que una mujer no puede cambiar una cubierta, aunque también existen muchos camioneros que tampoco lo pueden hacer solos", dice esbozando una sonrisa.

Hoy el rol ha cambiado mucho y ese tipo de percances no son obstáculos para que le adjudiquen tal responsabilidad.

"El camionero es muy solidario, si tenés algún problema vas a recibir ayuda de tus propios compañeros que vienen atrás. Además, de la parte mecánica no debemos tocar nada, porque está el service que acude de inmediato", expresó.

Los camiones de carga de madera circulan a cinco minutos de diferencia uno de otro y a los montes forestados ingresan en grupos. A la planta de Botnia ingresan entre 280 y 300 camiones con carga de madera por día. Cada camión transporta 46 toneladas de rolos, por mes son unos 9.000 viajes con material destinado a la fabricación de un promedio de 90.000 toneladas de pasta de celulosa, según datos proporcionados por la empresa finlandesa.

Por su parte Ana no deja de reconocer que muchas chanzas que los camioneros se hacen por radio para "matar" el tiempo y acompañarse a la distancia, provocaron que al principio, ante la presencia de una dama, "se sintieran incómodos". Notaron "que no tenían la misma libertad de expresarse, pero después reconocieron que tener (en la red) a una mujer que está escuchando, los hace menos salvajes", dijo en tono de broma.

En toda la flota forestal del país hay solamente dos mujeres. Su otra colega es oriunda de Montevideo y trabaja desde hace un tiempo en las rutas de Tacuarembó.

López siente responsabilidad y al mismo tiempo una inmensa alegría. Recomienda que otras mujeres se animen a transitar su camino y al igual que ella, cumplan en principio "varios meses de práctica porque es lo que te da seguridad".

LÁSTIMA. John Núñez es el encargado de la empresa Texlond, donde trabaja la primera transportista del interior del país. Para la firma también supuso romper viejos conceptos.

"Fue todo un desafío. Un día llegó, se presentó y dijo que quería trabajar con nosotros. Mi respuesta fue que me daba lástima ver a una mujer trabajar en el monte, algo que ella siempre me reprochó. Pasó el tiempo, volvió a insistir, le tomé una segunda prueba y tras hablarlo con el gerente, decidimos que ingresara", contó Núñez.

El responsable del área en esta empresa, dice que aún hoy "opina que el trabajo dentro del monte no es para una mujer y no es por machista, sino por el trabajo de fuerza que se debe hacer, como tirar las fajas que atan los troncos".

No obstante, acepta que la perseverancia de Ana terminó ganándole a su propio prejuicio y reconoce que el trabajo realizado en ruta "es muy bueno", lo que abrirá de futuro posibilidades a otras mujeres. (Producción: R. Rossello)

Sólo una de diez en accidentes

Las estadísticas de siniestralidad por género no son frecuentes. Sólo en Montevideo la Intendencia difundió el año pasado algunos datos reveladores. En agosto de 2008 hubo 638 accidentes en la capital, cinco de ellos fueron fatales y en ninguno de los siete vehículos involucrados había una mujer al volante. De los 122 conductores que estuvieron involucrados en accidentes graves ese mes sólo el 11% eran mujeres. Y la proporción se mantuvo en los accidentes leves, el 86% fueron hombres y el 14% mujeres. Fuentes de la División Tránsito y Transporte de la IMM señalaron que no se suele hacer el corte por género en las estadísticas, que los datos manejados el año pasado fueron un sondeo para futuros estudios. Pero la percepción es que tienen inferior participación en siniestros fatales.

Manejan mejor y son más precavidas

"Tengo la percepción de que hay menos siniestralidad entre las mujeres que manejan que entre los hombres, por la sencilla razón de que toman más precauciones", señaló el director de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), Omar Rodríguez. De todos modos, el jerarca señaló que no existen estudios estadísticos firmes, desde el aspecto de género, en relación con la seguridad y siniestralidad vial.

"Es claro que cada vez hay más conductoras profesionales en taxis y ómnibus, no sé en transporte de carga, y en base a los datos que conocemos se puede decir que las mujeres manejan me- jor, por la sencilla razón de que prestan más atención", apuntó Rodríguez.

Para ilustrar su opinión el director de Unasev propuso un simple ejercicio de observación. "Usted párese en un semáforo a observar y podrá ver que las mujeres, la gran mayoría por lo menos, lleva las dos manos al volante. Y lo hacen porque eso es lo que aprendieron. Lo puede ver cuando realiza una maniobra, que lo hace con las dos manos en el volante", comentó. ¿Y qué ocurre con los hombres? "En cambio, el hombre pone el codo en la ventanilla y lleva una sola mano al volante, porque se muestra más confiado. Eso es una prueba bien evidente de cómo se maneja", indicó.

Unasev viene trabajando en la creación de un banco nacional de datos que permita, entre otras cosas, medir estas cuestiones.

Para las empresas es una novedad

Para las empresas de transporte de carga el empleo de mujeres como conductoras profesionales es una novedad.

Así lo aseguraron tanto el presidente como el vicepresidente de la Cámara de Autotransporte Terrestre Internacional del Uruguay (Catidu), Ney Ramírez y Carlos Patrón, respectivamente.

"He tenido oídas de que hay mujeres trabajando en el sector y con buen suceso, pero creo que son muy pocas", comentó Ney Ramírez.

El empresario señaló que, si bien no hay discriminación de género en las compañías, "no es frecuente que una mujer se presente a pedir trabajo".

Por su parte, Carlos Patrón, también empresario del sector, consideró que las condiciones de trabajo para los camioneros no hacen de este puesto el más buscado por postulantes femeninas. "Sobre todo por el desgaste físico que tiene este trabajo, en principio no parece lo más adecuado para una mujer cuando hay que estar haciendo cargas y descargas", consideró. En cambio cree que, con el crecimiento del sector, habrá más posibilidades para las mujeres.

El País Digital